Welcome to the machine

La vida está tan estructurada y ajena a posibilidades; todo un circuito a recorrer, que si frenás... perdés. En este mundo, en los humanos, es como subir escalones para luego caer desde el último, a veces con pena, a veces con gloria.
Es complejo, pero simple saber, que al nacer el sistema ya ha diseñado tu vida, desde antes que nacieras. Nacer, jugar, estudiar y trabajar; ver la luz, recrear, colegio, universidad, trabajar, mantener a tu familia y morir. Hablando de la clase media baja para arriba, obviamente.
¿Es que nadie lo ve? ¿Nadie quiere sentirse libre de tomar sus decisiones con la menor cantidad de estímulos ajenos? ¿Tan cara es la libertad? Si todos queremos gozar de la libertad, no entiendo porqué permitimos que la entierren.

Road to nowhere

El viento sopló la tierra que hoy transitandosé tiende a un rumbo constante de vueltas. Cuya vil y triste dirección conduce a la nada, a un vacío que no es más que una sensación de soledad; una caída libre después de haber trepado y esquivado durante todo un, a veces inconcluso, trayecto. Ligando años de pasos y saltos, que no han hecho más que seguir en el mismo camino. Girando sobre sí, como una rueda.
Este camino, que no es más que un círculo que pocos anticipan, y evitan caer en el mismo lecho sin sentido. Aquellos pocos, sintiendo un impulso de libertad, separan su existencia de aquel repetitivo trayecto. Tristemente, son tan pero tan pocos aquellos que se dejan llevar por ese libre impulso, que los senderos que producen no pueden formar otro camino, independiente de cualquier cadena y barrote. Por consiguiente, el mismo y enloquecedor camino resiste al tiempo apabullando vidas.
El momento en que miles de senderos trazen otro camino, todos comprenderán mejor la ausencia de sentido que respaldaba a aquel viejo círculo.